Este artículo pretende abordar la importancia de la accesibilidad urbana para las personas con discapacidad. El poder desplazarse en la vía pública con seguridad y libertad, evitando accidentes, costos adicionales y demoras. Es fundamental la posibilidad de acceder a escuelas, centros de salud, espectáculos deportivos, parques públicos, espacios al aire libre, etc. La igualdad entre los seres humanos y la no discriminación incluye la chance de tomar un transporte público (bus, taxi, tren, metro, etc.) hacia un lugar de trabajo o simplemente recorrer el espacio de carácter público o privado. Visitar a los seres queridos es un derecho humano. Se analizan cifras que nos dan cuenta de la magnitud porcentual de las personas con discapacidad en la población mundial. Con simples comparaciones, se advierte que, en el año 2050, un creciente número de personas con discapacidad deberán ser tomadas en cuenta al momento de diseñar las ciudades, sus aceras, sus caminos, puentes, entradas y salidas de edificios, centros comerciales, edificios de la Administración Pública y tantos otros ejemplos. La prioridad en la accesibilidad no debe agotarse en la instalación de rampas o ascensores, sino en pensar el desplazamiento para todos los tipos de discapacidad que existen, sea motriz, visual, auditiva, visceral o intelectual o mental. Con el foco puesto en lo que podría modificarse para que una ciudad cosmopolita como es, Buenos Aires (Capital Federal), asociada también a la cultura y la educación, sea un ejemplo de buenas prácticas en materia de accesibilidad urbana e idiosincrasia de las futuras generaciones. Para el siguiente trabajo se utilizó como metodología la recopilación de datos de fuentes oficiales tanto locales (fuentes argentinas) como internacionales. Se comparó con la normativa local de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y se tomó nota de los obstáculos en el ámbito urbano. El autor es padre de una persona con discapacidad y como abogado, discapacidad y accesibilidad.