El futuro de las negociaciones Mercosur – Unión Europea

Roberto Ruiz Díaz Labrano*

Las dificultades para sellar un acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur,[1] tropiezan con problemas económicos, políticos y sociales, que traban la ratificación del acuerdo cuya negociación ha durado veinte años.[2] Numerosas ventajas se han señalado para propiciar el acuerdo, también varios los obstáculos que al final de la negociación son planteados, tal vez el mas resaltante los argumentos de sustentabilidad climática esgrimidos por el Presidente Francés Macron.[3]

Se apunta que “el presidente de Francia Emmanuel Macron, reiteró el rechazo de su país al acuerdo en los términos actuales alegando incompatibilidades entre este y la agenda verde. Al respecto, el mandatario expresó ante el Congreso Mundial de la Naturaleza (UICN) que “no porque no estemos cómodos con nuestros amigos del Mercosur (sino) porque, por definición, este acuerdo tal como se concibió y pensó puede no ser compatible con nuestra agenda de clima y biodiversidad” (Elysée, 2021). En esta línea, pidió por políticas comerciales coherentes con las políticas climáticas y de biodiversidad”.[4]

La reticencia francesa, se funda especialmente en el Acuerdo de París y el compromiso de Brasil para la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 37% con respecto a los niveles de 2005 para 2025, las medidas para detener la deforestación ilegal y el compromiso de la UE de reducir sus emisiones internas en al menos un 40% para 2030 (European Comission, 2019). Con respecto al impacto que podría ocasionar el Acuerdo, se presentan dos informes con posturas que difieren entre sí: el informe Ambec, presentado por el gobierno francés, y el estudio de impacto de la London School of Economics (LSE), encargado por la Comisión Europea”.[5]

El acuerdo que apunta establecer un vínculo político, cultural y económico estratégico y permanente entre el proceso regional del Mercosur con la UE, la aplicación previsible de las políticas económicas, oportunidad para lograr regionalmente una mayor competitividad, así como de acceso a bienes, servicios e inversiones, eliminando recíprocamente restricciones al intercambio comercial.

Para las negociaciones y la firma del acuerdo – sujeto a ratificación -, han sido relevantes los lazos históricos con varios Estados de la UE, la migración europea y las inversiones en la región, donde sobresale especialmente la de España y Portugal y los vínculos culturales, sociales y políticos por la democratización de los Estados Parte del Mercosur.

En esencia el Acuerdo representa una Asociación Estratégica Mercosur-Unión Europea a pesar de las diferencias entre ambos bloques respecto al nivel de desarrollo económico y la divergencia de intereses que serían comprometidos. No obstante, las tratativas para la ratificación quedaron trabadas a raíz de la presión ejercida sobre Bruxelas, especialmente por Francia.

Por la objeción Francesa “Europa exigió al bloque sudamericano unas garantías en términos medioambientales y de respeto de las reglas europeas de seguridad alimentaria que truncaron la concreción final y reabrieron las negociaciones. En este escenario, los países del Mercosur vieron cómo todo ese capítulo verde europeo sumaba mucha incertidumbre en las empresas sudamericanas para su implementación y se lo plantearon a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, cuando visitó la región y se reunió[6] con el presidente brasileño Lula da Silva”.[7]

La Presidenta de la Comisión Europea a fin de reimpulsar el acuerdo solicitó propuestas de solución y propuso un aumento considerable de la cooperación económica para las empresas Argentinas, Paraguayas y Uruguayas logren ser competitivas si se avanza con el acuerdo entre los bloques, lo cual significa un claro interés de la UE en reimpulsar la conclusión final exitosa del acuerdo. Las señales políticas comerciales con China por parte de Brasil y Uruguay constituyen sin duda alarmas que generan preocupaciones ante la frustración del acuerdo.[8]

Los fondos reembolsables y no reembolsables que podrían duplicar o triplicar los fondos de cooperación[9] serían distribuidos en base a decisiones de un nuevo comité que se creará especialmente para tomar estas decisiones y que estará integrado por ambos bloques y representantes técnicos de la Dirección para la Cooperación de la Unión Europea.[10]

La Canciller Argentina Diana Mondino dijo que espera que el tratado de libre comercio Mercosur-Unión Europea (UE) se resuelva este año porque si no, será “una pérdida de tiempo”. Ante las señales de interés de la UE en reimpulsar el acuerdo, la respuesta de los presidentes de los Estados del Mercosur, manifestaron sus preocupaciones. Santiago Peña, el Presidente de la República del Paraguay manifestó “La Unión Europea está ahora interesada en volver a retomar el acuerdo y yo, genuinamente, les digo que no veo las condiciones. Así que estamos siempre atentos”, agregó.

Por su parte, ante las preocupaciones de sectores que se resisten a la negociación ante el temor de empresas y sectores agrícolas de que este tratado de libre comercio con el bloque europeo ponga en riesgo a las empresas dijo “Creemos que la integración es el camino. Pero, no a cualquier costo”, sentenció al presidente de la República” y agregó “La sensación es que no estamos avanzando con la rapidez deseada, la UE quiere retomar, pero no veo las condiciones”.[11]

Brasil a través de Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, sostiene que los europeos quieren construir una especie de “proteccionismo verde” con regulaciones medioambientales introducidas posteriormente, sin embargo, posteriormente ha dado respuestas positivas a las preocupaciones de la UE.

No obstante, resulta evidente el interés del Brasil respecto al acuerdo,[12] ha aumentado su compromiso de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero del país del -43 % al -50 % de aquí a 2030 en comparación con su nivel de 2005, al tiempo que se ha comprometido a lograr la neutralidad en carbono para 2050. , Brasil se ha comprometido a poner fin a la deforestación ilegal de aquí a 2030 y ha presentado un plan de acción a tal efecto.[13] Todo lo cual allana la posibilidad de avanzar con el acuerdo al responder a las críticas del Gobierno Francés.

Actualmente toda la negociación está supeditada al resultado de las elecciones Europeas que tienen como parte del debate el tema agrícola y ambiental, sostenido por corrientes políticas e ideológicas enfrentadas, el resultado de las elecciones sin lugar a dudas marcará el rumbo o el abandono del acuerdo que muchos ha sido calificado como obsoleto, a nuestro modo de ver sin razón válida. Se trata en esencia del interés general de las relaciones internacionales de la UE frente al proteccionismo agrícola franées y si el Mercosur está dispuesta a una modificación sobre temas medio ambientales en el acuerdo para dejar abierta la ratificación del acuerdo.

[1] La ratificación del Acuerdo significaría la integración del Mercosur y de la Unión Europea con un mercado de 800 millones de habitantes, que representa casi una cuarta parte del PBI mundial y que comprende más de US$ 100.000 millones de comercio bilateral de bienes y servicios.
[2] Las negociaciones iniciadas en el año 1995 culminaron en junio de 2019, y los capítulos políticos y de cooperación fueron concluidos en el año 2020.
[3] Las negociaciones iniciadas en el año 1995 culminaron en junio de 2019, y los capítulos políticos y de cooperación fueron concluidos en el año 2020.
[4] ANDURELL, María de los Milagros. “Acuerdo Mercosur-Unión Europea: el debate de la cuestión ambiental”. Instituto Ideas.
[5] ANDURELL, María de los Milagros. “Acuerdo Mercosur-Unión Europea: el debate de la cuestión ambiental”. Instituto Ideas.
[6] Reunidos en el palacio de Planalto el lunes 12 de junio de 2023, en Brasilia, Brasil.
[7] Infobae 4 de Junio de 2014.
[8] En esa línea se expresó ayer Olof Gill, vocero de Comercio y Agricultura de la Unión Europea, cuando confirmó que el escenario geopolítico actual reavivó el interés europeo por un tratado de libre comercio con los sudamericanos. De hecho, en el grupo de los que ven al escenario mundial como revitalizador del posible acuerdo muchos incluso incluyen a Francia, uno de los socios más conflictivos a la hora de negociar.
[9] Infobae 4 de junio de 2024.
[10] En la actualidad, el país que más recibe es Paraguay, con 80 millones de euros en fondos de cooperación. Le sigue Brasil, con 70 millones de euros, y luego está Argentina ,con 50 millones de euros (Uruguay en la actualidad no recibe fondos). Los sudamericanos, además de esta cifra, percibe otra porción que sale del presupuesto de cooperación global con toda la región (infobae).
[11] Diario Ultima Hora de Paraguay del 04 jun. 2024.
[12] Expuestos en la COP28 es la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023
del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023.

[13] https://www.eeas.europa.eu/eeas/una-visita-%C3%BAtil-brasil_es

*Roberto Ruiz Díaz Labrano
Ex Presidente del Tribunal Permanente de Revisión del Mercosur. Catedrático de Derecho Internacional Privado y de Derecho de la Integración en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción. Miembro del Instituto Eurolatinoamericano de Estudios para la Integración (IELEPI).