Observatory on European Studies - Los “corredores solidarios” ante las dificultades en el comercio de alimentos y de fertilizantes-2022/2023

2023-01-30

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Sandra Cecilia Negro*

El día 16 de octubre de 2022 se celebró el Día Mundial de la Alimentación pero no hubo lugar para festejos pues la inseguridad alimentaria se agravó y no se vislumbran soluciones satisfactorias y duraderas, a pesar de las ayudas y las iniciativas regionales e internacionales.

Las cifras son alarmantes: según datos publicados por el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, en los primeros meses de 2022, el número de personas que padecen hambre se elevó de 282 millones a 345 millones.

Los factores[1] que han profundizado las dificultades tanto para el acceso como para la adquisición de los alimentos son varios y de dispar incidencia según el contexto de cada país y cada región: por una parte el cambio climático influyó a partir de  graves sequías(en especial,  este fenómeno afectó al Cuerno de África pero también a la UE y a los EE.UU, entre otros), por otra parte, los conflictos armados internacionales y en particular, el conflicto bélico en Ucrania (que trajo aparejado múltiples problemas relativos a la exportación de granos, la operatividad de los puertos, el transporte, la producción, la cosecha y el almacenamiento, la provisión de insumos y fertilizantes, etc.) y en otros casos, la incidencia en términos de precios (el aumento de precios, el fenómeno inflacionario y en ciertos países, la depreciación de la moneda) trajeron aparejadas dificultades o restricciones en  la asequilibidad de los alimentos. Esta breve enumeración permite caracterizar a la crisis como multifactorial y a la vez denota la complejidad para enfrentar -con éxito -el problema y lo más relevante, encontrar soluciones eficaces.

En coincidencia con la necesidad de alimentos agravada por la situación provocada por la guerra en Ucrania, en diciembre de 2022 , el Consejo Europeo manifestó en el punto 13 del documento de conclusiones[2] «En el contexto del refuerzo de la seguridad alimentaria mundial, el Consejo Europeo subraya asimismo la importancia de los corredores solidarios, cuyo potencial debe explotarse plenamente, y de la Iniciativa de las Naciones Unidas sobre la Exportación de Cereales por el Mar Negro y el programa «Grain from Ukraine» [cereales de Ucrania], al tiempo que destaca la necesidad de seguir garantizando la disponibilidad y asequibilidad de los productos agrícolas y los fertilizantes» .

Ucrania y Rusia firmaron en julio de 2022, en Estambul, sendos acuerdos con Turquía y la ONU a fin de posibilitar la exportación de cereales y productos agrícolas de Ucrania, a través del Mar Negro, estableciendo así corredores lo que se denominó “Iniciativa Cereales de Ucrania” o “Iniciativa de los Granos del Mar Negro”. A través de ella, las exportaciones de cereales procedentes de tres puertos en Ucrania se realizaron a través del Mar Negro siguiendo una ruta planificada previamente hacia el estrecho del Bósforo. En Estambul-Turquía, se estableció un centro de coordinación conjunto (que incluyó representantes de la ONU, Ucrania, Rusia y Turquía). Según se prevé en el acuerdo, el Centro de Coordinación Conjunta-CCI- tiene a su cargo la inspección de los barcos con destino a Ucrania para garantizar que no lleven armas o material de combate. A la vez, tanto Ucrania como Rusia se comprometieron a abstenerse de todo ataque contra los barcos o los puertos participantes de estas exportaciones. Esta iniciativa, originalmente convenida hasta el 19 de noviembre de 2022, fue prorrogada por 120 días o sea que expirará el 19 de marzo de 2023 (la intención de Ucrania es de extender el pacto por un año e incluir el puerto de Mykolaiv).

Según un informe de la UNCTAD[3], el funcionamiento de estos corredores permitió una disminución o reducción de los precios de los cereales y un aumento de la actividad portuaria (estimado en un 40 o 50%). Estos indicadores no alcanzaron a satisfacer las necesidades alimentarias existentes, a pesar de que una cifra que supera los 11 millones de toneladas de alimentos fueron transportados en 500 buques gracias a la activación de la solución para el transporte de granos desde Ucrania.

Sin embargo, existieron inconvenientes en la implementación y en la prórroga pues Rusia sostenía que no se brindaron condiciones y garantías para la exportación de cereales y fertilizantes rusos, (que estaban incluidos en el acuerdo) debido a los “paquetes de sanciones”[4] impuestos por la UE y que afectarían el seguro de los fletes, las operaciones bancarias, entre otros obstáculos.

Este argumento fue refutado[5] por la Unión Europea sosteniendo que las sanciones no afectaban a las exportaciones de alimentos y/ o fertilizantes. 

Asimismo, otra de las críticas a su vez dirigidas a los destinatarios y a la eficacia para satisfacer los requerimientos  y necesidades de los pueblos afectados por la inseguridad alimentaria, residía en que España, el país que es el mayor importador de cereales de la Unión Europea de países terceros, fue uno de los más beneficiados por la “Iniciativa del Grano del Mar Negro», ya que hasta mitad de noviembre del año 2022 había importado más de 2 millones de toneladas de grano de ese origen, (de las cuales 1,9 millones de toneladas correspondían a maíz, trigo y cebada y el resto a girasol y derivados (aceite, harina).

En este complejo panorama de implementación de la Iniciativa de Granos, otro problema adicional atañe a los fertilizantes.

Es bien sabido que dos tipos de fertilizantes utilizados para la producción de alimentos, son aquellos obtenidos a partir de potasio y otros, a partir de nitrógeno. Rusia y Bielorrusia representan en conjunto aproximadamente el 40% del potasio comercializado y Rusia representa casi el 40% del comercio global de nitrógeno.

Por su parte, la capacidad de producción de la UE se ha reducido más del 70 % debido al incremento del precio del gas natural, pues el gas natural es la principal materia prima para la producción de amoníaco, base para la industria de fertilizantes nitrogenados.

A su vez, las sanciones impuestas a Bielorrusia en 2021 en el comercio de cloruro potásico (vinculadas con violaciones a los derechos humanos) sumado al impedimento para el transporte a través de Lituania (por los problemas existentes entre ambos países) han incidido en el precio y abastecimiento de fertilizantes de origen bielorruso. 

En conclusión, la falta de certezas frente a la duración y la complejidad del conflicto militar entre Rusia y Ucrania, pero ante  la constatación del impacto en las actividades agrícolas y en las exportaciones de  alimentos y fertilizantes ( recuérdese las declaraciones[6] de António Guterres que pueden resumirse en “sin fertilizante en el 2022 no hay alimentos en el 2023”), sumada a las dificultades no sólo en términos de oferta sino de acceso debido a la inflación y a los precios de alimentos y fertilizantes, cabe reconsiderar soluciones eficaces en el corto plazo para impedir un agravamiento que redundará en un empeoramiento de las condiciones de vida de la población mundial y la situación de inseguridad alimentaria que alcanza a estados y regiones en todo el mundo.

[1] Algunos de los factores fueron identificados por el Director General de la FAO en el artículo “Nuevas hipótesis sobre la seguridad alimentaria mundial basadas en el conflicto entre la Federación de Rusia y Ucrania” disponible en https://www.fao.org/director-general/news/news-article/es/c/1476483/ ( consultado el 15/12/22)

[2] Documento EUCO 34/22 de fecha 15 de diciembre de 2022.

[3] Disponible en https://www.fao.org/worldfoodsituation/foodpricesindex/en/ (consultado el 18/12/2022)

[4] Al 16 de diciembre de 2022, la UE adoptó Nueve Paquete de Sanciones contra Rusia debido a la agresión injustificada y no provocada contra Rusia. Puede consultarse el detalle de medidas adoptadas en el Comunicado de Prensa de fecha 16/12/22 titulado Guerra de agresión de Rusia contra Ucrania: la UE adopta el noveno paquete de sanciones económicas e individuales. Disponible en https://www.consilium.europa.eu/es/press/press-releases/2022/12/16/russia-s-war-of-aggression-against-ukraine-eu-adopts-9th-package-of-economic-and-individual-sanctions/

[5] Al respecto puede consultarse en el sitio web del Consejo Europeo https://www.consilium.europa.eu/es/policies/sanctions/restrictive-measures-against-russia-over-ukraine/sanctions-against-russia-explained/#food (consultado el 5/1/2023)

 Allí se sostiene en la respuesta al interrogante  “…¿Qué NO hacen las sanciones de la UE contra Rusia?

Las sanciones no bloquean la exportación de productos alimentarios y agrícolas ni las transacciones al respecto.Los dirigentes de la UE destacaron en el Consejo Europeo de los días 23 y 24 de junio de 2022 que Rusia es la única responsable de la crisis alimentaria mundial y que las sanciones de la UE no van dirigidas contra alimentos ni productos agrícolas. La seguridad alimentaria y la asequibilidad de los alimentos son una prioridad clave para la UE y sus Estados miembros. Las sanciones de la UE no afectan a la seguridad alimentaria y solo cubren el comercio bilateral entre la UE y Rusia, no el comercio internacional. Las sanciones de la UE excluyen explícitamente el suministro de alimentos y los fertilizantes: no se han dictado sanciones contra la exportación rusa de alimentos a los mercados mundiales. Cualquier persona puede manejar, comprar, transportar y obtener alimentos y fertilizantes procedentes de Rusia”

[6]En  junio de 2022, en ocasión de la presentación en Nueva York del segundo informe del Grupo de Respuesta a la Crisis Mundial dedicado a los efectos del conflicto en Ucrania sobre la población mundial, António Guterres sostuvo“Los precios de los alimentos están cerca de máximos históricos. Los precios de los fertilizantes se han duplicado con creces, lo que hace sonar la alarma en todas partes. La falta de fertilizantes hará que la escasez se extienda desde el maíz y el trigo a todos los cultivos básicos, incluido el arroz, con un impacto devastador para miles de millones de personas en Asia y Sudamérica” Disponible en https://news.un.org/es/story/2022/06/1509932

* Sandra Cecilia Negro

Doctora en Derecho y abogada, Universidad de Buenos Aires. 
Profesora Titular de Derecho de la Integración de la Facultad de Derecho (UBA). 

Investigadora principal y directora del Centro de Estudios Interdisciplinarios de Derecho Industrial y Económico (UBA).