Observatory on European Studies - Los retos al estado de derecho de la Unión Europeas: gobiernos de ultraderecha y guerra eslava.
Manuel Becerra-Ramírez*
En los últimos años, los procesos de cambios en la dirección política de varios Estados europeos han llevado al poder a personaje políticos de ultraderecha. Lo cual, en principio, no parecería tener problema pues son resultados de procesos electorales válidos, sino la gran problemática esta en las políticas que esos gobiernos aplican que ponen en cuestionamiento los fundamentos filosóficos-políticos sobre los que se construye la Unión Europea. Las políticas de estos gobiernos han sido de tal envergadura, como es el caso de Polonia y sus embates contra el poder judicial, que las instituciones europeas han reaccionado, condenando las acciones del gobierno polaco. La situación se agrava en el momento en que la guerra rusa-ucrania, requiere una respuesta unida, solidaria, de los Estados que integran la Unión Europea.
La experiencia de las dos guerras mundiales en el siglo XX en Europa, con innumerables violaciones de los derechos humanos y gobiernos dictatoriales como el de Adolfo Hitler y Benito Mussolini hicieron que la Europa de posguerra aparentemente se blindara contra la posibilidad de que resurgieran nuevos sistemas totalitarios como el de Alemania e Italia de preguerra.
En efecto, el proceso de creación de la Unión Europea empezó como una unión meramente económica hasta convertirse en una creación supranacional que tiene que ver con varias áreas, como el medio ambiente, la salud, las relaciones exteriores, la seguridad, migración, y justicia. Como sabemos, en el año de 1993 se cambió el nombre de Comunidad Económica Europea por el de Unión Europea UE), como se le conoce en este momento.
La Unión Europea esta creada en la base de ciertos principios que tienen que ver con un sistema de organización basada en la división de poderes y la existencia de un sistema de pesos y contrapesos, además en la que se cumplan los principios de democráticos y de estado de derecho. Con instituciones fuertes como, por ejemplo, el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo y el Tribunal de Justicia de la UE y el Consejo de Europa de 1949.
Actualmente, el ascenso al poder de varios gobiernos de ultraderecha como en Italia, Hungría, Suecia, preocupan a los observadores de la realidad europea, porque ponen en peligro los caros valores de la democracia y estado de derecho que, insistimos, son el fundamento de la organización europea contemporánea.
En el caso de Polonia se observa que, desde la llegada al gobierno, los políticos de derecha agrupados en el Partido Ley y Justicia (PLyJ), han puesto en jaque a estos principios cardinales de la UE. En los últimos años, el gobierno de Polonia ha realizado una serie de reformas al sistema judicial, que debilita al poder judicial y lo someten al poder ejecutivo. Por ejemplo, el gobierno impulsó una ley que, al reducir la edad de jubilación de fiscales y jueces, mandó a la jubilación a casi un tercio de los miembros del Supremo Tribunal polaco, que fueron substituidos por personas cómodas para el gobierno. A lo cual, reaccionó Tribunal de Justicia de la UE considerando la reforma ilegal. Además, el Parlamento polaco, aprobó una ley propuesta por Ley y Justicia mediante la cual estableció una responsabilidad disciplinaria cuasi militar para los jueces. Como una especie de “ley mordaza”, que fue contundentemente criticada por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea[1]. En el mes de marzo pasado del 2022, por sexta vez el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condenó a Polonia por las reformas judiciales[2].
Al promover reformas al poder judicial, que prácticamente viola la normatividad a la que está sujeta Polonia el Protocolo de Derechos civiles y políticos de 1966 y los principios de contenidos en la resolución de la Asamblea General de la ONU de independencia del poder judicial y los principios Bangalore de la Conducta judicial, que fueron adoptados por la ONU, en la ciudad de la India Bangalore, en el año 2033 y que establece : independencia; imparcialidad; integridad; igualdad; competencia y diligencia del poder judicial.
Indudablemente Polonia no puede alegar que su postura es parte de su soberanía interna. El Tratado de la Unión Europea (TUE) o Tratado de la Unión que fue firmado en el año de 1992, en la ciudad de Maastricht de los países Bajos, establece claramente en su artículo 2:
Artículo 2
La Unión se fundamenta en los valores de respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías. Estos valores son comunes a los Estados miembros en una sociedad caracterizada por el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la m igualdad entre mujeres y hombres.
En otras palabras, un Estado no puede ir en contra de los valores comunes a la Unión: el estado de derecho, respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad y respeto de los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías. Sin embargo, el caso de Polonia es de gran preocupación; algunos lo han calificado de un “polexit legal”, en parangón a la salida del Reino Unido de la Gran Bretaña de la Unión Europea.
Además, el PLyJ es muy conocido en Europa por su discurso populista de derechas, a tal grado que ha colocado a Polonia en el punto de mira de la UE. Por ejemplo, el Parlamento Europeo, con sede en Bruselas, ha pedido que se le aplique a Polonia el artículo 7 del Tratado constitutivo de la Unión, como una sanción, ya que establece:
“a propuesta motivada de un tercio de los Estados miembros, del Parlamento Europeo o de la Comisión, el Consejo, por mayoría de cuatro quintos de sus miembros y previa aprobación del Parlamento Europeo, podrá constatar la existencia de un riesgo claro de violación grave por parte de un Estado miembro de los valores contemplados en el artículo 2”
El caso de Polonia es muy importante pues se pone a prueba a la Unión Europea frente a lo que será un embate de los nuevos gobiernos de ultraderecha como también es el caso de Giorgia Meloni, que recién acaba de tomar el gobierno en Italia, que con una expresión supremasista, antifeminista, homófoba, anti emigrante (ojo que no sean blancos como los ucranios) reta a la Unión Europea, enfáticamente afirma: “En Italia, como cualquier otro Estado serio, no se entra ilegalmente”. Afirmación que implica una penalización de la migración y desdeña el fondo de las motivaciones de los movimientos migratorios y con ellos también olvida los grandes movimientos migratorios italianos que poblaron territorios de Argentina, Brasil, Uruguay, por decir solo algunos Estados que en Latinoamérica se siente la influencia cultural italiana.
En efecto, el tema migratorio, es uno de los asuntos en que los gobiernos de ultraderecha coinciden. Giorgia Meloni, ahora la flamante primera ministra italiana, que con su partido Hermanos de Italia, obtuvo la mayor cantidad de votos en las elecciones del 25 de septiembre pasado, en plena campaña electoral defendió al gobierno del húngaro Víctor Orban, en sus políticas migratorias. Ella considera que la migración es una amenaza de desplazamiento de la población blanca y cristiana de Europa y denuncia la supuesta "islamización" de Europa. Bandera política de partidos de derecha como el de Vox en España.
Omiten que las migraciones que se hacen con grandes riesgos de muerte; los migrantes no viajan por placer. Hay que buscar las razones estructurales de los movimientos migratorios que seguro se encontrarán en el tipo de globalización económica que ha sido promovido por los países desarrollados en los últimos 40 años.
Ahora bien, en medio de estas amenazas a la institucionalidad del UE, el factor de la guerra eslava es de gran importancia. Cuando el huracán de la guerra azotó al mundo, con la invasión de Rusia a Ucrania, el 24 de febrero del 2022, no se sabía todavía el impacto a la economía global y la necesidad de que Europa la pudiera hacerle frente en forma unida, con sus instituciones sólidas. En ese sentido, surge el cuestionamiento ¿cómo sancionar a los gobiernos de Polonia y Hungría si son Estados fronterizos y sirven como un “tapón” para el resto de Europa? Polonia provee de armas, incluyendo de armas de la época soviética a Ucrania y es un corredor por donde reciben migrantes ucranios. Entonces, ¿cómo va a sancionar la UE a Polonia por sus políticas contrarias al Estado de derecho y de los derechos humanos?
Sin embargo, si uno revisa la historia, podemos ver que cómo se gestó el huevo de la serpiente que llevo a la segunda guerra mundial. No se pudo detener a Hitler en su preparación de la guerra que incluía graves políticas de violación de derechos humanos y de rompimiento del estado derecho en Alemania. Ahora en esta segunda década del siglo XXI es necesario detener un conflicto que en todo momento pone en peligro de convertirse en una conflagración mundial, y eso pasa también por mantener el blindaje de los derechos humanos y estado de derecho construido después de la II Guerra mundial, en Europa.
[1] Casanova, Grego; “¿En qué se diferencia la reforma judicial planteada por Sánchez de la Polonia?”
(voxpopuli.com) consultado el 30 de octubre del 2022
[2] El TEDH condena por sexta vez a Polonia debido a las reformas judiciales - Infobae, consultado el 29 de octubre del 2022.
* Manuel Becerra-Ramírez
Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).